sábado, 2 de julio de 2011

¿Conseguirá LuisMi hundir la APATZ?



Si tuviera que contestar con una sola palabra, ésta sería: SÍ. Un sí, con mayúsculas.

Algunos se preguntarán por qué, después de algún tiempo, vuelvo a cargar contra el peor presidente de cuantos ha tenido la Asociación Profesional de Auto-Taxi de Zaragoza (APATZ). La respuesta engloba dos razones:

Primera. El bueno de LuisMi aún me tiene presente en sus oraciones. No se olvida de mí y mucho menos cuando las cosas no le ruedan bien.

El incompetente “lidersito” de la APATZ suele echar mano de mi nombre cuando hay marejada en la organización que tan lastimosamente gestiona. En su “exitosa” carrera política parece no haber aprendido otra cosa distinta a la de invocar, cuando ve cómo se le agitan las aguas internas, a quien él ha señalado como enemigo exterior. Y, claro, como las aguas internas de la APATZ no bajan muy calmadas, a darle a Paco Rubio (véase revista gremial, foro zarataxi, despacho de la APATZ, barra de los bares donde corre el tinto, etc.).

Segunda. LuisMi está hundiendo la APATZ y, en el gremio, no creo que haya alguien con la preocupación y medios suficientes para frenar el caciquismo de este tipo.



En cuanto a la primera de las razones, quiero decir que mi interés personal por LuisMi no va más allá de lo que mi memoria selectiva consiente.

Lo recuerdo como un personaje incapaz de respetar la voluntad gremial y de gestionar el mayoritario respaldo de 1717 profesionales. Alguien que con semejante respaldo no pudo impedir que un grupo de no más de 32 afiliados, de los que 4 dieron el callo, le ganaran el pulso de las licencias.
Un tipo con ínfulas de faraón y recursos de incapaz. Alguien que tuvo el mayor respaldo social en la historia de la Asociación y lo que hizo con él fue traicionarlo. Un tipo inhabilitado para ganar una partida teniendo todas las cartas en la mano. Un jugador tramposo que, en nuestra relación, nunca tuvo el más mínimo pudor para jugar sucio enrocándose en la mentira cuando no en la ilegalidad. Un tipo que no me preocuparía lo más mínimo de no ser porque su falta de calidad intelectual y personal puede ser determinante en el futuro de nuestro gremio. Al fin, LuisMi, no es mucho más que un perdedor de pulsos y juicios convertido en especialista de cómo se reciben los tiros que salen por la culata.

Eso sí, para ser justo, debo reconocer que, sin la incompetencia de LuisMi, ni yo ni 59 personas más, seríamos titulares de una licencia de taxi. Gracias, huero prócer.

Por supuesto que la segunda de las razones me preocupa mucho.

No pertenezco, como es obvio, a la APATZ, entre otros motivos porque LuisMi, en un alarde de cómo se falta al respeto de los estatutos, no me admitiría. No le interesa alguien que, al día siguiente de ser socio, pondría en conocimiento de los demás y en manos de abogados las dudosas actuaciones que han adornado su gestión durante los meses previos a la Expo.

Este individuo con modos de dictador y salvapatrias, cogió el timón de una nave unida, con inercia positiva y vientos favorables en las velas. A LuisMi le faltó tiempo para cambiar la situación.
De la APATZ de hace unos años; un colectivo unido, de espíritu colaborador y voz respetada en las instituciones; pasó a enemistarse con el Ayuntamiento por boicotear el servicio en la estación y, por traicionar acuerdos, su presidente fue declarado interlocutor no válido y una concesión de licencias que pudo ser consensuada pasó a impuesta acompañada de un nuevo reglamento que, después de tres años de vigencia, se ha demostrado nefasto.

En los últimos tiempos han proliferado las voces disonantes con la cúpula de la asociación. Su presidente no ha sabido atemperarlas y ha utilizado métodos dictatoriales para silenciarlas.
Las asambleas son un ejemplo de amiguismo al que solo acuden los que hacen del asentimiento su manera de participar.
Su estupidez (si puede entenderse por estupidez la creencia del incompetente para sentirse indispensable) junto con su impotencia para soportar la crítica han llevado a la división gremial.

Aparte de los nuevos adjudicatarios, agrupados en torno a UGT, a quienes se nos niega la admisión como socios de la APATZ; recientemente se ha constituido una nueva agrupación profesional, Agrupación Colectivo del Taxi Aragonés (A.C.T.A.) presidida por quien, hasta hace poco alababa ciegamente la labor de LuisMi y que en su carta de salutación a los potenciales socios de la nueva gremial dice:

“... nos hemos visto en la necesidad de crear una nueva asociación de taxis. (...).
Los años anteriores de falta de iniciativa y mal entendimiento nos ha llevado un punto en que relamente estamos absolutamente desamparados (sic).
Lo firma como presidente Marco Navarro Laguna quien hasta hace dos días, como el que dice, babeaba en el foro de zarataxi que LuisMi lo había hecho todo bien y que era el mejor representante que el gremio podía tener.
Al tal Marco hace días que no se le ve por el foro de zarataxi. Ni falta que hace porque tiene la misma credibilidad en el gremio que LuisMi en un congreso de filosofía. Eso sí, su nueva “Agrupación Colectivo” (?), como última muestra de la disgregación social del sector es más que significativa.

A pesar de que el PP, tan cercano a LuisMI, gobernará la DGA, si los socios de la APATZ no abren los ojos y los oídos; si continúan con la misma falta de espíritu crítico, el futuro de la APATZ está en el sótano de los trastos inservibles y su peso político y social será equivalente al del intelecto de quien todavía preside los restos de dicha asociación.


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