sábado, 21 de junio de 2008

La autoridad moral de una recomendación

Estos días, LuisMi trata de no ahogarse en el temporal que él mismo ha provocado en el sector del taxi zaragozano.
El último salvavidas que, por el momento, se ha construido desde su puente de mando de la APATZ ha sido una “recomendación” al sector para que parte de la flota no preste servicio en determinadas horas durante los fines de semana.
No voy a entrar en si tal recomendación sería, objetivamente, positiva o no (recuérdese que la recomendación de no trabajar se refiere a las horas de mayor demanda y, por tanto, cuando es más probable que se produzcan quejas por la escasez de taxis en la ciudad).
Lo que verdaderamente me interesa de la jugada de LuisMi es la fuerza moral que él tiene como “recomendador o recomendante” para que los "recomendados o recomendatarios" sigan una "recomendación" cuyo único objetivo confesable es el de paliar los daños ocasionados por el propio recomendante al pasarse por el culo el mandato de una Asamblea de sus, ahora, recomendados.

Me decía ayer mismo un veterano titular (con licencia par) que él había amoldado su calendario laboral a la desregularización firmada por LuisMi y que, por asuntos personales, no había trabajado el pasado fin de semana contando con que podía trabajar en éste y que, por supuesto, iba a trabajar.
Más arriba, aludía yo al objetivo “confesable” de la recomendación porque, sin duda, la medida tiene otros objetivos, ciertamente inconfesables, por parte de la Junta de la APATZ. Luego haré referencia a alguno de ellos.

La recomendación firmada por LuisMi puede resumirse de la siguiente manera:
LuisMi, irracionalmente, se siente con autoridad moral para pedirle al sector del taxi de Zaragoza que se autorregule tal y cómo estaba regulado antes de que él firmara su desregularización.
¡Una cosa de locos, vamos!

Al hilo de semejante irracionalidad me planteo las siguientes preguntas, alguna de ellas ya apuntada:
1ª ¿Qué fuerza moral tiene LuisMi para pedirle al sector que siga una recomendación si él, cuando firmó el acuerdo con el Ayuntamiento, se pasó por el culo la decisión soberana de una Asamblea del sector?
2ª. ¿Espera, LuisMi, que el Ayuntamiento vea con buenos ojos una “recomendación” que provoca el incumplimiento de un Acuerdo firmado con la APATZ y que nace, precisamente, de quien firmó aquel acuerdo?
3ª. ¿Espera, LuisMi, que la “recomendación” sirva para contrarrestar la imagen de “pesetas” que tiene el sector en la sociedad zaragozana?
4ª ¿Espera, LusiMi, que 60 familias aplaudan la “recomendación” que ha hecho el “cáncer del taxi zaragozano”, cuando éste les ha jodido, al menos temporalmente, más de 700 millones de pesetas.
5ª ¿Espera el “pisacharcos” que la “recomendación” sea, también, seguida por aquellos taxistas que han sido ilegalmente rechazados como socios de Cooperativa gracias a los manejos y presiones de LusiMi y su Junta?
6ª ¿Espera LuisMi que su “recomendación” sirva para unir a un sector cuya desunión él mismo está fomentado con sus irresponsables decisiones?
7ª ¿Espera LuisMi que todas y cada una de sus contradictorias recomendaciones le sirvan para ganar el sillón de la presidencia de Cooperativa”

Objetivos inconfesables de la recomendación:
. Trasladar la culpabilidad de la actual situación a los que no cumplan la recomendación cuando el único responsable es LuisMi por firmar lo contrario de lo que ahora recomienda.
2º. Desviar la atención y salvar su culo aun a costa de enfrentamientos y reproches entre los que sigan la recomendación y los que no; sin importarle lo más mínimo las consecuencias que esos enfrentamientos tengan en la escasa unión que, de por sí, tiene este colectivo.

En definitiva, LuisMi sólo quiere salvar su culo porque su culo sueña, obsesivamente, con un sillón en el despacho de la presidencia de Cooperativa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Paco, desde Málaga no entiendo del todo lo que esta sucediendo en tu ciudad, me encantan tus historias de Antoñito. Perdona la osadía pero querría sugerirte la próxima entrega. Los protagonistas son los mismos pero en ella Antoñito juega un partido con los chicos mayores de su barrio, des pues de elegir las reglas(no hay fuera de juego, pero no vale chupapostes), como a mitad del partido Antoñito y su equipo va perdiendo decide que si vale chupapostes o si no se lleva el balón. Por cierto de chupapostes pone a su amigo Victorino..... No se si te gustara la idea, me parece que viene un poco al hilo... Un saludo desde la tierra Malagueña, también conocida como la cuna de los corruptos