miércoles, 11 de febrero de 2009

¿Es ésta la imagen que queremos dar?

— Lo sabía. ¿Recuerdas que te lo dije? Si es que no se me escapa ni una. Ya sabía yo que iba a perder un riñón — decía, ufano, el Sr. Roca Pullo.
—Pues qué quieres que te diga. No sé que hacer. Si felicitarte por predecir el futuro o compadecerte por ello —le contesta su interlocutor, incrédulo ante el gesto de euforia del profeta.


Ayer mismo colgaba en este blog el recordatorio de un comentario en el que predecía la inagotable capacidad de LuisMi para echar por tierra cualquier trabajo encaminado a mejorar la imagen del gremio. En aquel momento desconocía que LusiMi estuvo haciendo el ridículo en televisión mientras yo las pasaba canutas en un examen.
Pero nada más lejos de mi intención, que parecerme al Sr. Roca Pullo. Por eso no me alegro lo más mínimo de haber acertado otra vez más con LuisMi.
Me acaban de pasar su intervención en la TV autonómica. Es una grabación hecha con teléfono móvil. Pese a su mala calidad considero necesario ponerla a disposición de los que paséis por aquí para que, mal viendo y mejor oyendo, os hagáis una idea de la penosa imagen del colectivo que dio una persona cuya aspiración más obsesiva es la de ser presidente de la Cooperativa de Autotaxi de Zaragoza. Rezo para que los dioses se lo impidan.
A mi modo de ver, la patética imagen dada, hay que lamentarla por dos razones principales:

1ª. Su capacidad para tirar a la basura el trabajo que Clara Duplá estaba haciendo para contrarrestar la negativa imagen que en Zaragoza tiene el colectivo del taxi.
Desde su llegada al puesto, Clara, ha llevado a cabo un trabajo más que digno. Ha utilizado sus contactos en los medios de comunicación para dar a conocer iniciativas suyas que, recientemente, se han puesto en marcha con la idea de contrarrestar el viejo y despectivo “¡Taxista tenías que ser!” con que somos saludados en más de una ocasión por las calles de nuestra ciudad.
Las campañas del roscón en instituciones de caridad; la campaña de apoyo a la Hermandad de Donantes de Sangre; su trabajo entre bastidores para que la presencia del taxi en los medios fuera airosa. En fin, un trabajo notable.
Lo malo del caso es que Clara Duplá no sabía con que material humano estaba trabajando. Ignoraba que el bueno de LuisMi es capaz, en 5 minutos, de echar por tierra la mejor campaña de imagen que ella pudiera crear con los medios de que dispone.
En mi opinión, la más lamentable y vergonzante de las razones.
LuisMi no se digna en preparar mínimamente la intervención. Ni siquiera se preocupa de saber el nombre de un compañero que, a consecuencia de un acto delictivo, ha perdido un ojo. Dice que todos nos conocemos por el número de la licencia. Y eso lo dice un individuo que se ocupó de conocer y distribur los nombres de los afiliados de UGT para que se les impidiera la entrada en la Cooperativa.
Un presidente que se permite la desfachatez de dirigirse de modo amenazante a la ciudadanía aragonesa en el mismo tono que lo haría cualquier pandillero de tres al cuarto.
Un presidente que es llamado al orden por sus veladas amenazas en una TV pública..
Un presidente al que el presentador da un periodo de reflexión haciendo una pausa para un avance informativo y que, tras él, se muetra incapaz de hacer un ejercicio de humildad para rectificar. Al contrario, comete su habitual falta de ortografía, esta vez verbal, con las “mÁmparas” (al menos, se refirió a los atracadores con la palabra "cacos" en lugar de "pajÁros" o "barbÁros") y se ratifica en lo dicho con un tono de sabiondo-chulesco-amenazador que deja al gremio por los suelos (obsérvese cómo LuisMi le levanta el dedo índice a Jesús Nadador mientras niega lo evidente).

En fin no merece la pena alargarse demasiado. Lamentar la capacidad de LuisMi de Torres, presidente de la APATZ, y aspirante al retribuido sillón de la Cooperativa, para crear charcos donde no los hay y para anular en cinco minutos el trabajo de meses de Clara Duplá. Un trabajo, que nadie lo olvide, se paga con el dinero de todos los socios.

Dejas a este tipo en Ontiñena y esos de los casinos no necesitan una gota del Ebro. LuisMi solito llena de charcos toda la comarca. Lo malo es que se metería en ellos.

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