Me gustaría que éste fuera el primero de una serie de artículos en los que quisiera plasmar mi punto de vista sobre ciertas generalidades de nuestro sector. Y ello con el ánimo de aportar una visión distinta a la que mayoritariamente, en mi opinión, se deja notar en el colectivo.
Espero que esta perspectiva personal contribuya, en la medida de lo posible, a trasladar a la opinión pública y al propio colectivo en general una visión que pudiera conciliar los intereses de los tres agentes principales que directamente operan en la actividad: Los profesionales, los usuarios y la Administración.
En un sector tan heterogéneo, contribuir activa o pasivamente a los tópicos y generalizaciones supone, a la par que una injusticia, una coraza que impide en gran medida que la sociedad varíe la imagen que tiene del colectivo, en general, y de las personas que lo componemos, en particular.
En la actualidad, la imagen corporativa es una cuestión primordial para el buen funcionamiento de cualquier empresa. Resulta, por tanto, ocioso señalar que una mejora de la imagen que la sociedad tiene del sector del taxi zaragozano es, entre otras, una cuestión de gran importancia para que nuestra actividad gane cuota de mercado frente a otros medios de transporte.
Creo que, en términos generales, la consecución de un objetivo exige una conciencia suficientemente clara del punto de origen y un riguroso ejercicio de autocrítica que permita identificar el lastre con el que se parte. A ello voy.
Cuando antes hablaba de “imagen corporativa” no quería pasar por alto que el colectivo del taxi no resulta técnicamente asimilable a una corporación o sociedad cerrada y homogénea pero ello no impide que, desde la perspectiva de la sociedad, la imagen del sector sí englobe a todos y cada uno de los que lo componen. “El Taxi” es un sector con una imagen tópica y global anquilosada que, para bien y para mal, nos asigna gratuitamente determinada categoría moral, cultural o ideológica.
Es un hecho que nuestra sociedad ha evolucionado en estos últimos 30 años y es innegable que las personas que formamos parte del colectivo profesional del taxi hemos evolucionado con ella. Debemos preguntarnos, por tanto, qué razones han impedido que nuestra imagen como colectivo haya permanecido al margen de esa evolución social..
¿Puede interesar a alguien qué nuestro colectivo mantenga la negativa imagen que la sociedad tiene de él? Obviamente que si no interesa a los usuarios ni a la Administración, mucho menos interesante resulta para los profesionales.
Estoy convencido de que en la mayoría de los servicios prestados, el cliente recibe un servicio de un nivel muy superior al que pudiera suponérsele a un miembro de un colectivo con una imagen tan deteriorada. Entonces, ¿por qué nuestro sector no ha conseguido mejorar su imagen social cuando sí lo han hecho la mayoría de los individuos que lo componen?
Solo se me ocurre una respuesta: Los responsables de trasladar a la opinión pública la actividad y la problemática profesional del sector han sido, además de insolidarios con otros compañeros del Estado, unos incompetentes redomados para mejorar la imagen de un colectivo cuyo capital humano sí que ha mejorado de manera notable.
Es tiempo de revisar tarifas y de que LuisMi corrobore su incapacidad en los medios.
Espero que esta perspectiva personal contribuya, en la medida de lo posible, a trasladar a la opinión pública y al propio colectivo en general una visión que pudiera conciliar los intereses de los tres agentes principales que directamente operan en la actividad: Los profesionales, los usuarios y la Administración.
En un sector tan heterogéneo, contribuir activa o pasivamente a los tópicos y generalizaciones supone, a la par que una injusticia, una coraza que impide en gran medida que la sociedad varíe la imagen que tiene del colectivo, en general, y de las personas que lo componemos, en particular.
En la actualidad, la imagen corporativa es una cuestión primordial para el buen funcionamiento de cualquier empresa. Resulta, por tanto, ocioso señalar que una mejora de la imagen que la sociedad tiene del sector del taxi zaragozano es, entre otras, una cuestión de gran importancia para que nuestra actividad gane cuota de mercado frente a otros medios de transporte.
Creo que, en términos generales, la consecución de un objetivo exige una conciencia suficientemente clara del punto de origen y un riguroso ejercicio de autocrítica que permita identificar el lastre con el que se parte. A ello voy.
Cuando antes hablaba de “imagen corporativa” no quería pasar por alto que el colectivo del taxi no resulta técnicamente asimilable a una corporación o sociedad cerrada y homogénea pero ello no impide que, desde la perspectiva de la sociedad, la imagen del sector sí englobe a todos y cada uno de los que lo componen. “El Taxi” es un sector con una imagen tópica y global anquilosada que, para bien y para mal, nos asigna gratuitamente determinada categoría moral, cultural o ideológica.
Es un hecho que nuestra sociedad ha evolucionado en estos últimos 30 años y es innegable que las personas que formamos parte del colectivo profesional del taxi hemos evolucionado con ella. Debemos preguntarnos, por tanto, qué razones han impedido que nuestra imagen como colectivo haya permanecido al margen de esa evolución social..
¿Puede interesar a alguien qué nuestro colectivo mantenga la negativa imagen que la sociedad tiene de él? Obviamente que si no interesa a los usuarios ni a la Administración, mucho menos interesante resulta para los profesionales.
Estoy convencido de que en la mayoría de los servicios prestados, el cliente recibe un servicio de un nivel muy superior al que pudiera suponérsele a un miembro de un colectivo con una imagen tan deteriorada. Entonces, ¿por qué nuestro sector no ha conseguido mejorar su imagen social cuando sí lo han hecho la mayoría de los individuos que lo componen?
Solo se me ocurre una respuesta: Los responsables de trasladar a la opinión pública la actividad y la problemática profesional del sector han sido, además de insolidarios con otros compañeros del Estado, unos incompetentes redomados para mejorar la imagen de un colectivo cuyo capital humano sí que ha mejorado de manera notable.
Es tiempo de revisar tarifas y de que LuisMi corrobore su incapacidad en los medios.
5 comentarios:
maldito hijo de puta si el 90% DE la mala fama k tenemos es tuya mamon. ke te cunda falso de mierda k pones lo k te interesa y no la verdad.
Siempre me ha "preocupado" (Dentro de mi felicidad) la cuestión de la imagen del taxista. Puede ser que el ojo visible del taxi, nuestros representantes pudieran hacer algo más para mejorar la imagen del taxi en su conjunto, pero es dificil. Como dijo Einstein "es mucho más facil desintegrar un átomo que un prejuicio", y desgraciadamente es verdad. Cuando algún zagal se sube en mi taxi y voy escuchando según que grupos de música, en muchas ocasiones hace algún comentario respecto a que es raro que no vaya con la COPE y si luego no me voy a arar al campo ya ni te cuento. Tienes razón respecto a que habría que tener iniciativas para intentar cambiar ese concepto, pero es una misión muy dificil para cualquiera.
Un saludo.
Bueno, supongo que el cobarde anónimo estará satisfecho de la imagen que da.
Debe ser alguien que tenga más capacidad para el odio que para los estudios. Estoy seguro que su personlidad y modo de comportarse podría enmMARCarse en la de fascista. Un fascista al que, tal vez y sin mucho esfuerzo, yo haya desenmascarado y puesto en evidencia en las páginas de zarataxi. Ese lugar donde ya nadie le cree.
Pobre muchacho.
Estoy de acuerdo contigo Viktor. La tarea no es fácil pero se antoja imposible si nuestros representantes se quedan de brazos cruzados ante esa labor y, al mismo tiempo, acaso sin proponérselo, contribuyen a reafirmar nuestra mala imgen social.En las fchas por las que andamos se revisan las tarifas. Buena oportunidad para hacer un gesto y venderlo de la manera adecuada.
Por ejemplo: Congelar las tarifas para el próximo año y reducir (de 6a 7) el horario de tarifa nocturna. Esa propuesta trasladada de manera adecuada a los medios podría ser un buen principio.
Gracias por tu participación.
Un saludo.
Un grupo de falaces
un gremio de engreidos
conductores sonmetidos
a la ciudad y sus fauces
virajes y mas virajes
vueltas y mas vueltas
no salen las cuentas
aunque salgan viajes
una rutina constante
es la vida del taxista
es como un egoista
con nada tiene bastante
no quiero ser egoista
quiero tener buen TALANTE
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