miércoles, 23 de julio de 2008

¿A qué hacerle caso?


Tengo la neurona hiperactiva y todos sabemos que una neurona solitaria, que ya no da para mucho y, encima, está algo pasada de vueltas, produce hasta cargos de conciencia a los que andamos algo escasos de ella.
Resulta que ahora soy titular de una licencia y algunos de los que ya llevan tiempo siéndolo me recriminan el artículo anterior de este blog. Ese en el que afirmo no cumplir con la recomendación de LuisMi y también recomiendo a otros que hagan lo mismo.
Como en los semáforos no da tiempo a explicarle a esos colegas mi lamentable estado mental debido a la esquizofrenia que me producen las cosas del ínclito presidente de la APATZ voy a dejar constancia de un dilema que con el paso de los días se está conviertiendo en una duda existencial. Os cuento:

Premisa 1ª.- Como nuevo titular de una licencia de taxi, de igual modo que el resto de profesionales del gremio, estoy, tanto o más que cuando era asalariado, interesadísimo en el beneficio del sector... siempre que coincida con el mío propio, claro. Repito, lo mismo que cualquier otro aunque los otros no lo reconozcan.
Premisa 2ª.- Como miembro del gremio debería de hacer caso a las decisiones de mis representantes que teóricamente buscan lo mejor para el colectivo.

Dilema: Si sobre un mismo tema los representantes del sector (léase LuisMi) han firmado una cosa pero luego recomiendan lo contrario de lo que firmaron, ¿a qué consigna de mis representantes debo hacer caso? ¿A la firmada con una institución como el Ayuntamiento? ¿A la que es contraria a lo firmado por mis representantes pero que nadie me ha hecho llegar de manera oficial puesto que mis representantes no me admiten como miembro representado?

(Me detengo un poco hasta que baje la temperatura en mi azotea)

Conclusión provisional: Dado que la palabra de LuisMi no me merece ningún respeto ya que ni siquiera tiene la dignidad de respetar lo que firma, lo mejor será no hacerle caso a LuisMi.

Llegado a este punto mi neurona patina y, aullante y sin casco, se va contra el guardarrailes al darse cuenta de que, haga lo que haga su portador, estará haciendo caso a LuisMi.
No creo merecer semejante castigo.
Reconozco que en este caso LuisMi me ha ganado y eso, lectores, les aseguro que duele.

PD. Acaba de llamarme mi psiquiatra para consolarme:

- Lo mejor que puedes hacer es pensar que hagas lo que hagas estarás incumpliendo lo que dice el pisacharcos.

Este psiquiatra mío es un genio.
Claro que ya puede serlo. Con lo que cobra el condenao...
¡Vamos! que cualquiera deja de trabajar un fin de semana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

tremendo dilema de verdad que si ...