Cracker: Es alguien que viola la seguridad de un sistema informático de forma similar a como lo haría un hacker, sólo que a diferencia de este último, el cracker realiza la intrusión con fines de beneficio personal o para hacer daño.
Se considera que la actividad realizada por esta clase de cracker es dañina e ilegal. (Wikipedia)
Algunos cazadores, los malos, identifican equivocadamente una huella y la siguen con la intención de cobrar la pieza. Lamentablemente para los malos cazadores hay huellas que se confunden fácilmente.
Otros cazadores, los peores, crean la huella con la estúpida ilusión de que, al final del rastro inventado, aparezca, indefensa, la pieza más deseada. Para esos cazadores va este mensaje:
Todos los animales dejan huella de su paso y los cazadores imbéciles no dejan de ser más que animales que también dejan un rastro factible de seguir.
Si la huella es inventada, que puede serlo, y determinado cazador está al corriente de su invención, que puede estarlo, y si, además, la pieza dispone de los medios para encontrar el rastro de su inventor (y en UGT están afiliados algunos de los mejores expertos informáticos de Zaragoza que ya han volcado el disco duro de mi ordenador para examinarlo minuciosamente), al cazador le puede salir el tiro por la culata y pasar unos días entre rejas. Y yo, en casos como éste, no me conformaré con acuerdos extrajudiciales.
Espero que en unos días este post pueda ser aclarado.
Si la estupidez de alguno le ha llevado a realizar una jugada tan sucia como jamás pude imaginar, lo sentiré mucho por sus hijos pero el cazador acabará en la jaula. Puede que cuando salga de ella nos hayan devuelto los 60.000. Seguro que se alegra.
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