Andan los muchachos metiditos en campaña electoral. Juegan a Aznares y Rajoys sin un mínimo grado de creatividad ni de diferenciación. Sin escarbar en el lodo que se ha ido acumulando por el inmovilismo, la desinformación y la falta de compromiso sin que nadie haya movido un dedo para evitarlo. A los actuales mandatarios les va muy bien en esas circunstancias.
Algún recien llegado, que no sabe hacia dónde remar porque no sabe por donde navega, pretende con el oscurantismo por bandera asaltar el puente de mando de la nave criticando la falta de claridad existente mientras llena el foro de zarataxi de una casposa buena voluntad construida a base proclamas vacías.
Se queja de las dificultades que le plantea el poder establecido cuando el foro está lleno de sus adhesiones a ese poder establecido. De adhesiones que en algún caso nacieron como crítica y que al poco mudaron en alabanza. El candidato cambia de rumbo con la más leve de las brisas.
¡Virgencica que me quede como estoy!
Desconozco a los candidatos si exceptúo a Gayán y al tal supervik.
Me dicen que LuisMi ha reconsiderado su decisión de presentarse tras la confirmación de Gayán como candidato. No me extraña. LuisMi sabe que le viene grande el cargo y que, por mucho que se esforzara, su labor no iba a mejorar a la del actual presidente. Tal vez le vaya bien a su complejo de inferioridad saber que dificilmente lo haría peor. De donde no hay no se puede sacar.
Por otra parte, los dos personajes tienen el pastel repartido y nadie espera que haya mordiscos entre los lobos. LuisMi puede esperar otro periodo más para aspirar al sillón de los 3.000 euros. Veremos.
Por no seguir con las especulaciones, en la siguiente entrada iniciaré una serie de preguntas sin respuesta oficial a las que yo intentaré poner algo de luz desde la escasa lógica que me ha tocado en el reparto.
Será hasta entonces.
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