Ayer, jueves 18 de enero, la patronal del taxi llevó a cabo un paro-protesta de una hora para rebatir y replicar el informe que UGT-Aragón hizo público en septiembre de 2005 y cuya actualización de datos se dieron a conocer a la opinión pública recientemente desde las páginas de El Periódico de Aragón. Eso al menos decía la convocatoria.
El paro ha tenido un seguimiento más bien pobre. Dice Luis Miguel de Torres, presidente de la APTZ, que había un turno de servicios mínimos, cosa totalmente falsa puesto que la convocatoria tuvo lugar hace dos días y en ningún lugar de las instalaciones de la Cooperativa de Taxis se ha comunicado turno alguno de servicios mínimos a los afiliados. Es más, la campa de la Cooperativa apenas da cabida a 300 taxis de los 1715 que hay en Zaragoza. Los servicios mínimos se han cubierto con los que no han secundado el paro.
El teórico objetivo de la convocatoria no se ha cumplido en absoluto. Ni uno solo de los datos que se hicieron públicos en El Periódico de Aragón ha sido rebatido. Ningún argumento de los datos que actualizaban el informe de 2005 ha sido contrarrestado. Ninguna de las sensaciones negativas que tiene el usuario con respeto al servicio de taxi, ha sido aliviada. ¿Por qué entonces el paro? Para cargar contra UGT en la persona del Secretario General de la Sección Sindical del Taxi, Francisco Rubio.
Cuando los argumentos de alguien no son rebatibles lo mejor es denostar a quien los trae. Triste pero acorde con la catadura moral de Luis Miguel de Torres que ante las presiones recibidas por los asociados para contrarrestar los argumentos de UGT, decide montar un número de circo sin importarle lo más mínimo la prestación del servicio para el que tiene concedida su licencia. Puede que además haya razones de índole política porque se comenta que De Torres pudiera ir en las listas de algún partido. ¿Puede este paro-protesta incardinarse en una precampaña política que persigue el desgaste del gobierno municipal? En mi opinión, esa es una de las razones principales, si no la única.
Desde la catadura moral de De Torres resulta perfectamente asumible la utilización del colectivo para el medro personal y el desprecio por el servicio al ciudadano.
Francisco Rubio, responsable de la sección sindical del taxi, fue elegido unánimemente por sus compañeros; y ello a pesar de no presentarse a tal elección y de que en la primera Asamblea de Asalariados dejó muy claro que las reivindicaciones del colectivo deberían ser acordes con la legalidad, cosa que le costó no pocas imprecaciones del resto de los presentes y un intento de agresión por parte de un compañero con distinta visión de la estrategia reivindicativa. Todo ello le consta a De Torres.
Como le consta al presidente de la APTZ que Rubio no ha dado un solo paso para solicitar licencias de taxi hasta hace 2 años y eso que lleva 23 en la profesión. Y le consta que no lo ha hecho porque, para Rubio, no era racional defender la necesidad de nuevas licencias ya que tal necesidad no era real.
También le consta desde hace mucho más de dos años que Francisco Rubio es uno de los chóferes con mayor antigüedad, con mayores derechos adquiridos incluso antes de ejercer su derecho de petición. Entonces, ¿por qué ahora tal acusación? ¿Por qué en septiembre de 2005, con motivo de la presentación del estudio de UGT, no acusó De Torres a Rubio de lo que hoy le acusa, o sea, de intereses personales? La respuesta es muy sencilla. Entonces el presidente de la APTZ creía tener argumentos y hoy ya no le queda ninguno en pie porque UGT se los ha echado por tierra.
Es hora para el presidente de la APTZ de cargar personalmente contra aquellos a los que les resulta imposible rebatir. Lo malo de De Torres es que se pilla los dedos incluso a cien metros de la puerta.
Acusa de Torres de intereses personales a Rubio. Y Rubio no lo niega.
Rubio tiene intereses personales: Los derivados de sus derechos laborales y los que asisten a un colectivo que durante 20 años ha dado un ejemplo de raciocinio y equidad al no reclamar nunca el aumento de licencias.
Claro que Rubio también se hace preguntas sobre Luis Miguel de Torres.
¿A qué tipo de interés responde la negación de lo evidente? ¿Y la desproporcionada reacción que representa el paro de un servicio público?
Y Rubio tiene algunas respuestas.
En los últimos tres años el precio de las licencias de taxi transferidas entre particulares ha pasado de 22 millones de pesetas a 35. Una revalorización casi del 60%. Y eso le consta a De Torres.
Si el Ayuntamiento decide no incrementar el número de licencias ¿a qué precio podemos verlas en 2008?
Se pregunta Rubio si ese tipo de interés, el 60%, es de índole personal, colectivo o ambos a la vez. ¿El 60% es un interés personal suficientemente alto como para promover y realizar un paro-protesta enmascarándolo tras el anuncio de rebatir los datos que El Periódico de Aragón hizo públicos para luego ni nombrarlos?
También se pregunta Rubio si el precio de las licencias está fuera de las leyes del mercado. Si el mercado está dispuesto a pagar por un bien precios tan altos, habrá que convenir que es un bien escaso. Y eso le consta a De Torres.
Afirma De Torres, sin el más mínimo rubor, que los asalariados del taxi son necesarios porque alguien debe cubrir el servicio de noche. Con ese “razonamiento” el Ayuntamiento de Zaragoza no podrá conceder nunca ni una sola licencia porque, claro está, los actuales titulares de licencia no pueden trabajar en horario nocturno aunque resulte obligatorio prestar ese servicio. En ese horario poco saludable y poco rentable que trabajen los asalariados que para eso están. Y si no lo hacen, dos latigazos, ¿verdad, De Torres? Los actuales titulares, al paro-protesta; eso sí, después de almorzar en el bar de la Cooperativa que el almuerzo resta asistencia.
Podría terminar este escrito alegando la verdadera razón que mueve a De Torres para iniciar una campaña de desprestigio contra UGT, en general, y contra Rubio, en particular, pero digamos que la ignoro. Lo que sí sé es que De Torres ha convocado un paro de protesta para replicar y rebatir la actualización de datos del estudio de UGT de 2005 y que después de hora y media de privar al ciudadano de Zaragoza de un servicio de taxi, ya de por sí deficiente, no ha rebatido ni uno solo de los argumentos que tal informe contempla. Y eso, a todos nos consta.
Claro que a falta de argumentos siempre es buena una diana, ¿verdad De Torres?
El paro ha tenido un seguimiento más bien pobre. Dice Luis Miguel de Torres, presidente de la APTZ, que había un turno de servicios mínimos, cosa totalmente falsa puesto que la convocatoria tuvo lugar hace dos días y en ningún lugar de las instalaciones de la Cooperativa de Taxis se ha comunicado turno alguno de servicios mínimos a los afiliados. Es más, la campa de la Cooperativa apenas da cabida a 300 taxis de los 1715 que hay en Zaragoza. Los servicios mínimos se han cubierto con los que no han secundado el paro.
El teórico objetivo de la convocatoria no se ha cumplido en absoluto. Ni uno solo de los datos que se hicieron públicos en El Periódico de Aragón ha sido rebatido. Ningún argumento de los datos que actualizaban el informe de 2005 ha sido contrarrestado. Ninguna de las sensaciones negativas que tiene el usuario con respeto al servicio de taxi, ha sido aliviada. ¿Por qué entonces el paro? Para cargar contra UGT en la persona del Secretario General de la Sección Sindical del Taxi, Francisco Rubio.
Cuando los argumentos de alguien no son rebatibles lo mejor es denostar a quien los trae. Triste pero acorde con la catadura moral de Luis Miguel de Torres que ante las presiones recibidas por los asociados para contrarrestar los argumentos de UGT, decide montar un número de circo sin importarle lo más mínimo la prestación del servicio para el que tiene concedida su licencia. Puede que además haya razones de índole política porque se comenta que De Torres pudiera ir en las listas de algún partido. ¿Puede este paro-protesta incardinarse en una precampaña política que persigue el desgaste del gobierno municipal? En mi opinión, esa es una de las razones principales, si no la única.
Desde la catadura moral de De Torres resulta perfectamente asumible la utilización del colectivo para el medro personal y el desprecio por el servicio al ciudadano.
Francisco Rubio, responsable de la sección sindical del taxi, fue elegido unánimemente por sus compañeros; y ello a pesar de no presentarse a tal elección y de que en la primera Asamblea de Asalariados dejó muy claro que las reivindicaciones del colectivo deberían ser acordes con la legalidad, cosa que le costó no pocas imprecaciones del resto de los presentes y un intento de agresión por parte de un compañero con distinta visión de la estrategia reivindicativa. Todo ello le consta a De Torres.
Como le consta al presidente de la APTZ que Rubio no ha dado un solo paso para solicitar licencias de taxi hasta hace 2 años y eso que lleva 23 en la profesión. Y le consta que no lo ha hecho porque, para Rubio, no era racional defender la necesidad de nuevas licencias ya que tal necesidad no era real.
También le consta desde hace mucho más de dos años que Francisco Rubio es uno de los chóferes con mayor antigüedad, con mayores derechos adquiridos incluso antes de ejercer su derecho de petición. Entonces, ¿por qué ahora tal acusación? ¿Por qué en septiembre de 2005, con motivo de la presentación del estudio de UGT, no acusó De Torres a Rubio de lo que hoy le acusa, o sea, de intereses personales? La respuesta es muy sencilla. Entonces el presidente de la APTZ creía tener argumentos y hoy ya no le queda ninguno en pie porque UGT se los ha echado por tierra.
Es hora para el presidente de la APTZ de cargar personalmente contra aquellos a los que les resulta imposible rebatir. Lo malo de De Torres es que se pilla los dedos incluso a cien metros de la puerta.
Acusa de Torres de intereses personales a Rubio. Y Rubio no lo niega.
Rubio tiene intereses personales: Los derivados de sus derechos laborales y los que asisten a un colectivo que durante 20 años ha dado un ejemplo de raciocinio y equidad al no reclamar nunca el aumento de licencias.
Claro que Rubio también se hace preguntas sobre Luis Miguel de Torres.
¿A qué tipo de interés responde la negación de lo evidente? ¿Y la desproporcionada reacción que representa el paro de un servicio público?
Y Rubio tiene algunas respuestas.
En los últimos tres años el precio de las licencias de taxi transferidas entre particulares ha pasado de 22 millones de pesetas a 35. Una revalorización casi del 60%. Y eso le consta a De Torres.
Si el Ayuntamiento decide no incrementar el número de licencias ¿a qué precio podemos verlas en 2008?
Se pregunta Rubio si ese tipo de interés, el 60%, es de índole personal, colectivo o ambos a la vez. ¿El 60% es un interés personal suficientemente alto como para promover y realizar un paro-protesta enmascarándolo tras el anuncio de rebatir los datos que El Periódico de Aragón hizo públicos para luego ni nombrarlos?
También se pregunta Rubio si el precio de las licencias está fuera de las leyes del mercado. Si el mercado está dispuesto a pagar por un bien precios tan altos, habrá que convenir que es un bien escaso. Y eso le consta a De Torres.
Afirma De Torres, sin el más mínimo rubor, que los asalariados del taxi son necesarios porque alguien debe cubrir el servicio de noche. Con ese “razonamiento” el Ayuntamiento de Zaragoza no podrá conceder nunca ni una sola licencia porque, claro está, los actuales titulares de licencia no pueden trabajar en horario nocturno aunque resulte obligatorio prestar ese servicio. En ese horario poco saludable y poco rentable que trabajen los asalariados que para eso están. Y si no lo hacen, dos latigazos, ¿verdad, De Torres? Los actuales titulares, al paro-protesta; eso sí, después de almorzar en el bar de la Cooperativa que el almuerzo resta asistencia.
Podría terminar este escrito alegando la verdadera razón que mueve a De Torres para iniciar una campaña de desprestigio contra UGT, en general, y contra Rubio, en particular, pero digamos que la ignoro. Lo que sí sé es que De Torres ha convocado un paro de protesta para replicar y rebatir la actualización de datos del estudio de UGT de 2005 y que después de hora y media de privar al ciudadano de Zaragoza de un servicio de taxi, ya de por sí deficiente, no ha rebatido ni uno solo de los argumentos que tal informe contempla. Y eso, a todos nos consta.
Claro que a falta de argumentos siempre es buena una diana, ¿verdad De Torres?
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