Desde septiembre de 2005 en que UGT hizo público un estudio denunciando la carencia de taxis en Zaragoza, hay que reconocer que han pasado cosas en el sector. Todas ellas, a mi juicio, sintomáticas de las deficiencia denunciadas en el aludido estudio. Estudio que, en sí mismo, puede considerarse, antes que medicina, un síntoma porque de no constatarse a simple vista la escasez de licencias hubiera sido de todo punto irracional tal denuncia. Buena prueba de ello es que desde la última ampliación del número de licencias, hace ya casi 23 años, UGT nunca había emitido un informe en tal sentido. A pesar de ello, las instituciones, por el momento, consideran que es más rentable políticamente poner paños fríos para combatir la fiebre que atacar la causa que la origina.
Pero la fiebre persiste y se multiplican los síntomas. Veamos.
Ya antes de la publicación del estudio de UGT, el Ayuntamiento había solicitado de la Asociación la toma de medidas que paliaran la indiscutible insuficiencia de la oferta en los fines de semana. A la Asociación Provincial de Taxis no le quedó más remedio que ser receptiva a la solicitud e implantó los refuerzos de sábado a domingo. Refuerzos que, a todas luces, fueron insuficientes; tanto como lo sería, no quiero engañar a nadie, un turno de refuerzo para los fines de semana con el doble de taxis operativos.
Igualmente, con anterioridad a la publicación del Estudio del sindicato, y ante la insuficiencia del refuerzo implantado para los fines de semana, el Ayuntamiento consideró necesario incrementar el transporte colectivo por medio de la puesta en servicio del llamado búho-bus. El presidente de la Asociación puso el grito en el cielo y, como prueba de su ignorancia, amenazó con la retirada de los refuerzos (diario Qué, y otros, del 18/05/05). Como si él tuviera la competencia de regular los turnos de trabajo en el gremio. LuisMi siempre ha confundido los términos. La ordenación del servicio corresponde al Ayuntamiento y nada más que al Ayuntamiento, LuisMi. Tú, en ese aspecto, a callar y a obedecer. A lo sumo a proponer soluciones cuando se te soliciten. Y últimamente se te solicitan soluciones de manera casi continua. ¿Por qué será?
Lo cierto es que LuisMi no retiró los refuerzos sino que ante la evidencia tuvo que proponer otro parche más: Permitir la salida de toda la flota a partir de las 22 horas de los domingos (julio de 2005). Parche que se demostró insuficiente. Por aquél entonces las protestas sobre la deficiencia en el servicio de la Intermodal eran un clamor. En la Intermodal y en el resto de la ciudad porque la ausencia de taxis en la estación significa, entre otras cosas, que la demanda del servicio es superior a la oferta en cualquier otro punto del casco urbano lo que dificulta enormemente el acudir a la estación para atender ese foco de especial generación de demanda.
Pero ¿qué ha cambiado desde que el aludido estudio vio la luz? Veamos los datos más significativos.
— Incremento del precio de las licencias en un 30% en el último año y medio.
— Presiones municipales para que la Asociación arbitre medidas para una mayor eficiencia en el servicio.
— Puesta en marcha de los vehículos de sustitución. Absurdo parche que da mala imagen del sector (los coches usados para las sustituciones son los propios vehículos desechados por los taxistas cuando cambian de coche), nada soluciona y, que ha posibilitado la interposición de una Queja ante el Justicia de Aragón, admitida a trámite por quebrantamiento de la mismísima Ordenanza Municipal.
— Subvenciones para la implantación de un sistema de gestión de flota que optimice los recursos, reconociendo implícitamente la ineficacia de los actuales.
— Jornadas y Mesas redondas sobre el transporte Urbano en la ciudad. En una de las cuales el Concejal de Movilidad manifestó públicamente que “había llegado el momento de abrir el melón de las nuevas licencias”.
— Periódica presencia del tema en los medios de comunicación. Programas radiofónicos, artículos de prensa y de opinión, Informes periodísticos sobre estudios comparados que demuestran que Zaragoza es, entre las cinco mayores de España, la ciudad que menos taxis tiene disponibles para el servicio, Cartas al Director con quejas ciudadanas sobre carestía del servicio, sobre la tardanza en encontrar taxis libres, sobre la imposibilidad de contactar con las emisoras de radio taxi (una llamada de teléfono es ignorada cuando en ese momento no hay taxis disponibles para prestar el servicio), etc., etc., etc.
— Puesta en funcionamiento de los buses lanzadera desde la estación de Delicias ante la imposibilidad manifiesta de la flota de taxis para atender el servicio.
— Un paro-protesta de los titulares de licencia, de escaso seguimiento (unos 300 de 1700), que sirvió únicamente, para poner en la diana a quien esto escribe porque al poco tiempo la APTZ ha debido tomar nuevas medidas con las que implícitamente reconoce la insuficiencia de la oferta de taxis en nuestra ciudad.
— En ese sentido, repito, como consecuencia de comprobar la insuficiencia de las medidas adoptadas y ante la “sugerencia” del Ayuntamiento, la APTZ ha tenido que rizar el rizo; es decir, REFORZAR LOS REFUERZOS en fechas concretas. Algo que no parece contar con el beneplácito de todo el sector. Prueba de lo que digo son los comentarios en la página web de la APTZ. Web en la que existen multitud de entradas reconociendo la carencia del servicio. No me importa que las borren, las tengo grabadas.
Ya sólo falta que se refuercen los días laborales, lo malo es que eso le será imposible a LuisMi sin un aumento del número de licencias. Claro que para eso tendremos que esperar (usuarios mal atendidos y asalariados con derechos de preferencia) a tiempos políticamente menos comprometidos.
— Presiones municipales para que la Asociación arbitre medidas para una mayor eficiencia en el servicio.
— Puesta en marcha de los vehículos de sustitución. Absurdo parche que da mala imagen del sector (los coches usados para las sustituciones son los propios vehículos desechados por los taxistas cuando cambian de coche), nada soluciona y, que ha posibilitado la interposición de una Queja ante el Justicia de Aragón, admitida a trámite por quebrantamiento de la mismísima Ordenanza Municipal.
— Subvenciones para la implantación de un sistema de gestión de flota que optimice los recursos, reconociendo implícitamente la ineficacia de los actuales.
— Jornadas y Mesas redondas sobre el transporte Urbano en la ciudad. En una de las cuales el Concejal de Movilidad manifestó públicamente que “había llegado el momento de abrir el melón de las nuevas licencias”.
— Periódica presencia del tema en los medios de comunicación. Programas radiofónicos, artículos de prensa y de opinión, Informes periodísticos sobre estudios comparados que demuestran que Zaragoza es, entre las cinco mayores de España, la ciudad que menos taxis tiene disponibles para el servicio, Cartas al Director con quejas ciudadanas sobre carestía del servicio, sobre la tardanza en encontrar taxis libres, sobre la imposibilidad de contactar con las emisoras de radio taxi (una llamada de teléfono es ignorada cuando en ese momento no hay taxis disponibles para prestar el servicio), etc., etc., etc.
— Puesta en funcionamiento de los buses lanzadera desde la estación de Delicias ante la imposibilidad manifiesta de la flota de taxis para atender el servicio.
— Un paro-protesta de los titulares de licencia, de escaso seguimiento (unos 300 de 1700), que sirvió únicamente, para poner en la diana a quien esto escribe porque al poco tiempo la APTZ ha debido tomar nuevas medidas con las que implícitamente reconoce la insuficiencia de la oferta de taxis en nuestra ciudad.
— En ese sentido, repito, como consecuencia de comprobar la insuficiencia de las medidas adoptadas y ante la “sugerencia” del Ayuntamiento, la APTZ ha tenido que rizar el rizo; es decir, REFORZAR LOS REFUERZOS en fechas concretas. Algo que no parece contar con el beneplácito de todo el sector. Prueba de lo que digo son los comentarios en la página web de la APTZ. Web en la que existen multitud de entradas reconociendo la carencia del servicio. No me importa que las borren, las tengo grabadas.
Ya sólo falta que se refuercen los días laborales, lo malo es que eso le será imposible a LuisMi sin un aumento del número de licencias. Claro que para eso tendremos que esperar (usuarios mal atendidos y asalariados con derechos de preferencia) a tiempos políticamente menos comprometidos.
¿Qué conclusiones se pueden sacar de la evolución de los acontecimientos? Varias, aunque todas ellas reducibles a una sola: En Zaragoza hay una oferta de taxis más que insuficiente.
Pero una deficiencia estructural porque si, bien es cierto, hay fases de menor demanda, esa situación no es la general sino la excepcional. Los lunes y martes (y si me apuran, algún miércoles) de las segundas quincenas de enero, febrero y noviembre son las fechas en que pudiera decirse que la demanda es menor a la oferta, principalmente en horario nocturno porque durante el resto de la jornada laboral no es tan apreciable el déficit de demanda.
El resto del año ocurre todo lo contrario. Si no fuera así, ¿cómo el responsable de la Asociación iba a justificar la aceptación del deterioro en calidad de vida que está sufriendo el colectivo? Mucho menos cuando ése ha sido uno de sus principales caballos de batalla y, por qué no reconocerlo, uno de los principales avales de su gestión. Aunque a decir verdad, y a la luz de sus últimas actuaciones, parecen haber cambiado sus prioridades. Ahora la calidad de vida no importa tanto. Ni la calidad de vida ni una adecuada atención al ususario. Lo importante es que no den nuevas licencias para que, las actualmente concedidas, sigan subiendo de precio.
¿Dónde quedan aquellas reivindicaciones sobre jornadas laborales más reducidas, más días de fiesta porque con uno no era suficiente para el descanso ni para la vida familiar? Eso ya no vale. Hoy LuiMi está dispuesto a sacrificar la calidad de vida de los profesionales del sector con tal de contrarrestar temporalmente los argumentos que demuestran la necesidad de nuevas licencias de taxi en nuestra ciudad. Claro que esa disminución en la calidad de vida, a él, puede no afectarle porque, si hemos de creer sus declaraciones al Heraldo de Aragón, cobra las horas de sillón casi al mismo precio que le sale su hora de trabajo al volante. Un sillón más cómodo que un Recaro, que no desgasta vehículo ni consume carburante. Y todo ello por llenar de mentiras los pocos medios de comunicación que aún conceden algo de crédito a sus palabras.
Ya falta menos para que LuisMi tenga que justificar tantas bajadas de pantalones a cambio de nada. Tiempo al tiempo.
Pero una deficiencia estructural porque si, bien es cierto, hay fases de menor demanda, esa situación no es la general sino la excepcional. Los lunes y martes (y si me apuran, algún miércoles) de las segundas quincenas de enero, febrero y noviembre son las fechas en que pudiera decirse que la demanda es menor a la oferta, principalmente en horario nocturno porque durante el resto de la jornada laboral no es tan apreciable el déficit de demanda.
El resto del año ocurre todo lo contrario. Si no fuera así, ¿cómo el responsable de la Asociación iba a justificar la aceptación del deterioro en calidad de vida que está sufriendo el colectivo? Mucho menos cuando ése ha sido uno de sus principales caballos de batalla y, por qué no reconocerlo, uno de los principales avales de su gestión. Aunque a decir verdad, y a la luz de sus últimas actuaciones, parecen haber cambiado sus prioridades. Ahora la calidad de vida no importa tanto. Ni la calidad de vida ni una adecuada atención al ususario. Lo importante es que no den nuevas licencias para que, las actualmente concedidas, sigan subiendo de precio.
¿Dónde quedan aquellas reivindicaciones sobre jornadas laborales más reducidas, más días de fiesta porque con uno no era suficiente para el descanso ni para la vida familiar? Eso ya no vale. Hoy LuiMi está dispuesto a sacrificar la calidad de vida de los profesionales del sector con tal de contrarrestar temporalmente los argumentos que demuestran la necesidad de nuevas licencias de taxi en nuestra ciudad. Claro que esa disminución en la calidad de vida, a él, puede no afectarle porque, si hemos de creer sus declaraciones al Heraldo de Aragón, cobra las horas de sillón casi al mismo precio que le sale su hora de trabajo al volante. Un sillón más cómodo que un Recaro, que no desgasta vehículo ni consume carburante. Y todo ello por llenar de mentiras los pocos medios de comunicación que aún conceden algo de crédito a sus palabras.
Ya falta menos para que LuisMi tenga que justificar tantas bajadas de pantalones a cambio de nada. Tiempo al tiempo.
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